Vitaminas
Son un grupo de distintos
tipos de sustancias orgánicas
imprescindibles para el correcto funcionamiento metabólico del organismo
pues actúan directa o indirectamente como catalizadoras (biocatalizadores) de muy diversos procesos fisiológicos.
Contrario a lo
que mucha gente piensa, las vitaminas son nutrientes que no se utilizan como
combustible y no nos aportan energía,
mas bien se desempeñan como precursoras
de coenzimas promoviendo la
actividad catalítica de las enzimas.
Recordemos que las enzimas son
moléculas protéicas que inician, efectúan y/o aceleran prácticamente todas las
reacciones químicas que realiza nuestro organismo, desde procesos celulares de
síntesis o degradación de sustancias, hasta aquellos que liberan energía a
partir de lo que consumimos. Sin las vitaminas, nos veríamos imposibilitados
para aprovechar las moléculas útiles o energéticas que nos proporcionan
nuestros alimentos.
Aunque lo que
necesita nuestro cuerpo de cada vitamina es mínimo (apenas microgramos), tanto
la deficiencia (avitaminosis) como
el exceso (hipervitaminosis) de
ellas en la dieta pueden ocasionar graves padecimientos e incluso la muerte.
Las vitaminas son moléculas que se alteran con facilidad ante cambios de
temperatura y pH, e incluso, tras su almacenamiento prolongado. Solo una dieta variada y equilibrada con productos
frescos y naturales nos permite obtener todas las vitaminas que necesitamos
sin aportes adicionales. Además de la dieta, algunas vitaminas en cierta medida
pueden ser sintetizadas por nuestro
organismo, entre estas, la vitamina D puede sintetizarse en la piel al
recibir radiación solar UVB directa, en tanto que las vitaminas K, B1,
B5, B8, B9 y B12, son producidas en pequeñas cantidades como resultado de la
actividad de las bacterias intestinales.
Para nuestra
especie existen 13 vitaminas de importancia, las cuales se suelen clasificar de
acuerdo con su solubilidad en agua (hidrosolubles)
o en lípidos (liposolubles).
Las liposolubles (A, D, E y K), pueden disolverse en grasas y aceites, por lo que se
consumen en este tipo de alimentos, son bastante estables al calor y se suelen
almacenar en los tejidos grasos e hígado de nuestro cuerpo. Esto tiene la
ventaja de que hace innecesaria la ingesta diaria, pues tras un consumo
suficiente se puede sobrevivir un tiempo sin su aporte. Cabe mencionar que las
dosis elevadas (10 veces la dosis sugerida) de estas vitaminas las vuelven
tóxicas y el exceso no se excreta en la orina.
Las vitaminas hidrosolubles son 9 (8 del complejo B y la
vitamina C), se caracterizan por
disolverse en agua y por ser susceptibles al calor; no se almacenan en el
cuerpo (excepto la vitamina B12 que se retiene en el hígado), y su exceso se
desecha por la orina, lo que hace necesaria su ingesta diaria. Con frecuencia
muchos alimentos que contienen este tipo de vitaminas las pierden al mezclarlos
con agua y cocinarlos, por lo que se recomienda ingerirlos sin procesar.
Tabla Vitaminas de importancia para el hombre, sus
fuentes y funciones principales.
Vitamina
A (Retinol)
Indispensable para el funcionamiento de los tejidos. Desempeña un papel
fundamental en la visión nocturna, en la resistencia a infecciones, la
producción de anticuerpos, el crecimiento óseo y la fertilidad.
Su
carencia provoca:
conjuntivitis, piel seca y rugosa, visión imperfecta y ceguera nocturna.
Fuentes Hígado de pescado, de res y
de cerdo, espinacas, melón, zanahorias, vegetales amarillos, brócoli,
calabaza, maíz, levaduras, mantequilla, leche y quesos.
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Vitamina
D
(Colecalciferol D3 y Ergocalciferol D2) Influye en la función de la glándula
paratiroides, regula y aumenta la absorción de sales de calcio y fósforo en
los huesos, teniendo además un efecto antienvejecimiento.
Su carencia provoca: raquitismo, osteomalacia, alteraciones musculares, merma en la función cognitiva, reblandecimiento óseo, osteoporosis, caries, malformación dentaria, predisposición a cáncer de colon.
Fuentes Aceite de hígado de pescado,
pescado de mar, yema de huevo, leche y su derivados, cereales enriquecidos.
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Vitamina
E (Tocoferol)
Acción antioxidante, regula los niveles de colesterol, beneficia el
crecimiento, el sistema circulatorio, a la visión y al crecimiento capilar.
Su carencia provoca: distrofias musculares, alteraciones vasculares degenerativas, pérdida de fertilidad, atrofia testicular, implantación defectuosa del huevo en el útero.
Fuentes Aceite de semillas, de
grano, de maíz, de girasol. Espinacas, lechuga, hojas verdes en general y
yema de huevo.
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Vitamina
K (Filoquinona o Antihemorrágica) Interviene
en el sistema de coagulación sanguínea y en la generación de glóbulos rojos.
Su carencia provoca: hemorragias.
Fuentes Hojas verdes, coles,
tomates, chícharos, hígado de res, huevos, kiwi, plátano, leche, aceite de
oliva, productos de soya.
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Vitamina
B1 (Tiamina)
Usada por las células para producir coenzimas, influye en mecanismos de
transmisión nerviosa y en la síntesis de sustancias que regulan el sistema
nervioso.
Su carencia provoca: inflamación de los nervios, reducción de los reflejos tendinosos, anorexia, fatiga, trastornos gastrointestinales, depresión, irritabilidad, falta de memoria, de capacidad de concentración y de destreza mental. Su carencia provoca enfermedades como el beriberi y el síndrome neurosiquiátrico de Korsakoff.
Fuentes Levadura, carne de res y cerdo,
vísceras, legumbres secas, cereales y pan, pan integral, yema de huevo, harina
de maíz, cacahuates y nueces, avena, papas, arroz, ajonjolí, leguminosas,
chícharos, leche y sus derivados, pescados y mariscos.
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Vitamina
B2
(Riboflavina) Importante para el metabolismo oxidativo de los alimentos.
Crucial para la producción de coenzimas y energía para el organismo. Participa en la
incorporación del yodo a la tiroides y en la desintoxicación de sustancias
nocivas. Es necesaria para mantener la integridad de la piel, mucosas y de
forma especial para la córnea, siendo imprescindible para la visión.
Su
carencia provoca:
dermatitis seborreica, fatiga visual y conjuntivitis, trastornos bucales y
cutáneos, cicatrización lenta y fatiga.
Fuentes Hígado de cerdo y res.
Levaduras, quesos, jamón crudo, setas frescas, carne, huevos, almendras,
cereales integrales, pastas, pescado, leche, vegetales verdes y legumbres.
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Vitamina
B3 (Ácido
Nicotínico o Niacina o Vitamina PP) Sus derivados son NADH y NAD+, y NADPH y
NADP+, coenzimas esenciales en el metabolismo energético de la célula y en la
reparación del ADN. Ayuda a eliminar químicos tóxicos del cuerpo y participa
en la producción de hormonas esteroideas como las hormonas sexuales y las
relacionadas con el estrés.
Su
carencia provoca:
pelagra y la deficiencia moderada ocasiona dermatitis, diarrea y una
disminución a la tolerancia al frio.
Fuentes Brócoli, tomates, legumbres,
frijol, zanahorias, setas, plátano, propóleo, granos integrales, dátiles,
almendras y nueces, arroz, hígado, pescado y otras carnes en general.
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Vitamina
B5 (Ácido
Pantoténico) Es necesario para formar la coenzima A (CoA), importante en la
respiración celular y en biosíntesis de carbohidratos, proteínas y grasas.
Participa en la transcripción del ADN y en desintoxicación de compuestos
nocivos.
Su
carencia provoca:
fatiga, alergias, náusea, dolor abdominal, sensación quemante en los pies,
hiperreflexia, y deficiente actividad de las glándulas suprarrenales.
Fuentes Hígado y riñones de res
(especialmente crudos), carne, huevos, cáscara de cereales, fruta seca,
legumbres, huevo crudo, coliflor, levadura, jalea real, verduras verdes y
leche.
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Vitamina
B6
(Piridoxina) Esencial en la producción de coenzimas, en el metabolismo de los
ácidos grasos y en la elaboración de neurotransmisores que controlan el
estado de ánimo como la serotonina y la GABA. Incrementa el rendimiento
muscular y la producción de energía, favoreciendo la liberación del glucógeno
almacenado en el hígado y en los músculos. Ayuda a perder peso pues promueve
que se libere energía a partir de las grasas acumuladas. Necesaria para que
el cuerpo fabrique adecuadamente anticuerpos y eritrocitos. Contribuye a
evitar espasmos musculares nocturnos, calambres en las piernas y
adormecimiento de las extremidades. Interviene en la síntesis de ADN y ARN.
Mantiene el funcionamiento de las células nerviosas ya que interviene en la
formación de mielina.
Su
carencia provoca:
apatía, depresión, calambres, nauseas, mareo, parestesias anemia y debilidad
muscular.
Fuentes Levadura, harina integral,
huevo, hígado, pescado, carne con nervio. Semillas de cacahuate, de soya.
Alimentos ricos en granos integrales como pan enriquecido. Papas, espinacas y
legumbres.
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Vitamina
B8 (Biotina
o Vitamina H) Es esencial para la síntesis y degradación de grasas, para la
degradación de ciertos aminoácidos y para la gluconeogénesis (síntesis de
glucosa a partir de precursores no glúcidos).
Su
carencia provoca:
deterioro de ciertas funciones metabólicas, eczema, dermatitis, palidez,
náuseas, vómitos, anorexia, fatiga y depresión, colitis, y anemia.
Fuentes Levadura, hígado, riñones,
yema de huevo, leche y derivados, hongos, algunas verduras (coliflor, papa) y
frutas, (plátano, uva, sandía, aguacate y fresas), cacahuate, almendras, nueces,
chícharos secos, pescado, pollo y jalea real.
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Vitamina
B9 (Folacina o Ácido Fólico) Participa en
fenómenos de crecimiento, desarrollo y en la hematopoyesis (producción de
sangre), es efectiva en el tratamiento de ciertas anemias. Es precursora de coenzimas
importantes para el metabolismo de aminoácidos y ADN. Durante el embarazo
previene deformaciones en la placenta y en el producto, el mal cierre del
tubo neural, anencefalia, espina bífida, anemia megaloblástica, nacimiento
prematuro o presentar bajo peso al nacer.
Su
carencia provoca:
que se detenga la división celular, afectando principalmente la médula ósea,
un sitio de rápido recambio celular. Esto provoca anemias, leucopenias,
lesiones gastrointestinales, diarreas y en mujeres embarazadas eclampsia.
Fuentes Se encuentra en verduras de
hoja verde, frutos secos, granos enteros, vísceras de animales, levadura de
cerveza, legumbres, plátanos, almendras, cacahuates, naranjas, tomates,
leche, huevos y papas.
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Vitamina
B12
(Cianocobalamina) Coenzima de reacciones enzimáticas, participa en la
síntesis de ADN y en la duplicación celular
Su
carencia provoca:
un cuadro de anemia megaloblástica (perniciosa) pues se dejan de producir
células sanguíneas en la médula espinal. Se atrofia la mucosa digestiva y el
tejido nervioso, lo que afecta la sensibilidad profunda.
Fuentes Hígado, riñones
(especialmente crudos), pescados, algas, huevos, quesos fermentados,
mariscos, leche y sus derivados.
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Vitamina
C (Ácido
Ascórbico o antiescorbútica) Evita el envejecimiento prematuro pues presenta
acción antioxidante, facilita la absorción de otras vitaminas, contribuye a potenciar el sistema inmune y
a evitar enfermedades degenerativas como arteriosclerosis, cáncer y
Alzheimer. Ayuda al desarrollo de dientes y encías, huesos, cartílagos, a la
absorción del hierro, al crecimiento y a la reparación del tejido conectivo y
cicatrización.
Su
carencia provoca:
escorbuto, hemorragias, deficiencias celulares, retardo en cicatrización y
alteración del tejido óseo.
Fuentes Naranjas, limones,
mandarinas, tomates, pimientos, chiles, papas, perejil, nabos, espinacas,
fresas y melones.
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