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DIVERSIDAD
DE ECOSISTEMAS Por: Adrián Lecona
CLASIFICACIÓN Y
CARACTERÍSTICAS DE LOS ECOSISTEMAS
La Tierra cuenta con una vasta diversidad de seres y de los
ambientes constituidos por estos. De acuerdo con lo que hemos visto, un ecosistema es una unidad ecológica
integrada tanto por la comunidad de organismos (biocenosis), como por el medio físico en el que se desenvuelven (biotopo). Como en nuestro planeta
existen muchos ecosistemas geográfica y climáticamente similares, a estas zonas
de vida ecológicamente equivalentes se les estudia con el nombre de biomas.
Aunque los biomas y ecosistemas no son unidades discretas que se
puedan identificar de forma tan simple, generalmente se les distingue de
acuerdo con sus características ecológicas y fisonómicas, su tipo y estructura
de vegetación (árboles, arbustos, hierbas; de hojas perennes o caducas, anchas, de forma de aguja, etc.) su
organización, ubicación, patrones
climáticos y de funcionamiento. Con respecto a lo anterior, los biomas pueden
ser clasificados dentro de cuatro categorías principales.
·
Biomas continentales (selva, bosque de coníferas, bosque
templado o mixto, pastizal, desierto, tundra)
·
Biomas acuáticos continentales
(lagos y
humedales “ecosistemas lénticos”, ríos y arroyos “ecosistemas lóticos”)
·
Biomas acuáticos litorales
(lagunas costeras, estuarios, marismas, esteros, manglares y costas rocosas o arenosas)
·
Biomas oceánicos (todos
los ecosistemas de las aguas oceánicas de la Tierra)
Analicemos a cada uno de estos para aprender a distinguirlos, y
a comprender la gran importancia que tienen tanto para el funcionamiento del
planeta, como para la subsistencia del ser humano.
BIOMAS CONTINENTALES
Selva
Representan un
ecosistema altamente diversificado de vegetación densa siempre verde compuesta
por muchas especies de plantas y árboles, cada una, con una población escasa y
con individuos muy diseminados, por lo que no existe una especie dominante. A
las selvas también se le conoce como bosque
tropical lluvioso o jungla. Se estima que alrededor del 65% de las especies
conocidas por la ciencia viven en este bioma, por lo que se considera como el
de mayor diversidad y productividad de la Tierra.
Las selvas se catalogan por su
altura: en altas (árboles de más de 30 m), medianas (árboles de entre 15-20 m) y bajas (árboles de
menos de 15 m),
pero también por el porcentaje de hojas que pierden en la época de secas. Asi
tenemos que una selva puede ser perennifolia (si cuenta con follaje y verdor
todo el año), subperennifolia (si entre el 25-50% de los árboles dominantes
pierden las hojas en época de secas), subcaducifolias (si entre el 50-75% de
los árboles dominantes pierden las hojas en época de secas) y caducifolias (si
alrededor del 75-100% de los árboles dominantes pierden las hojas en época de secas).
Las selvas se localizan en latitudes tropicales alrededor del Ecuador, a no más
de 20° latitud N y S. particularmente en Centro y
Sudamérica, en la sección ecuatorial Africana, el Sudeste de Asia y la región
Indomalaya. En México existen selvas en la
costa del Pacífico, del Golfo de México y del Caribe, cubriendo aproximadamente
el 12% de nuestro territorio principalmente en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán,
Quintana Roo, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, en donde principalmente encontramos
selvas bajas secas caducifolias.
La
mayoría de las selvas se ubican en altitudes bajas y cercanas a la costa, en
nuestro país no rebasan los 1,000 msnm. Su clima suele ser cálido húmedo, con
temperaturas promedio cercanas a los 27°C que no varían prácticamente con las
estaciones o la noche. La precipitación suele ser abundante y equitativamente
repartida en todos los meses del año, generalmente de más de 1,000 mm anuales, aunque
en algunas áreas amazónicas o del sureste de Asia puede superar los 4,000 mm. Contrario a lo que la gente piensa el suelo
de las selvas es escaso, poco profundo, rojizo, ácido y pobre, lo que obliga a
muchas plantas a extender sus raíces en la superficie y no en profundidad. Por
si fuera poco los distintos estratos que puede tener una selva filtran tanto la
luz que bloquean su acceso al suelo, por lo que este suele ser oscuro, húmedo,
con escasa vegetación, condiciones ideales para el desarrollo de muchas
especies de hongos.
La
mayor cantidad de especies de una selva se aloja en el dosel de sus árboles,
que es la capa superior de estos, allí abundan plantas epífitas (que viven sobre otras
plantas) como las bromelias, orquídeas, helechos, musgos, etc. que suelen
extender raíces colgantes a las que llamamos lianas y estructuras trepadoras
para acceder a la luz. En las selvas del mundo podemos encontrar tigres,
anacondas, caimanes, gorilas, gibones, orangutanes, camaleones, lémures,
guacamayas, cacatúas, loros, panteras, elefante asiático, rinoceronte de
Sumatra, el banteng, el oso malayo, ranas venenosas, roedores, murciélagos, pericos y
loros, búhos, halcones, águilas, salamandras, serpiente, tortugas, iguanas,
geckos, lagartijas, e infinidad de insectos y otros invertebrados. Como
representantes de las selvas de nuestro país, además de
muchas de las especies mencionadas, existen animales como el jaguar, tapir, agutí, temazate,
tamandúa, coatí, perezoso, pecarí, puma, ocelote, yaguarundí, mono araña y
saraguato, tepezcuintle, tucán, faisán, pavo ocelado, boa, serpiente de
cascabel, nauyaca y coralillo entre otras muchas especies. Entre las especies
arbóreas más importantes en México figuran la caoba, chicozapote, ramón, cedro,
amate, palo mulato, ceiba, ébano o la anona.
Bosque de Coníferas
Son bosques de árboles como los pinos,
abetos, pinabetes, secuoyas, piceas, cipreses, cedros y tujas, que portan
estructuras reproductoras llamadas conos (conocidas comúnmente como piñas), en
las que una vez polinizadas se producen las semillas. Los bosques de coníferas
reciben algunas otras denominaciones locales como el de taiga, bosques boreales o septentrionales (porque principalmente se
encuentran en el hemisferio Norte). Se trata de forestas de escasa diversidad
de especies arbóreas que tienen comúnmente alturas de entre 30 y 50 m, aunque existen especies
como las secuoyas gigantes de California que pueden llegar hasta 120 m de altura (los árboles
más altos del planeta). En los bosques las especies arbustivas y herbáceas
suelen ser muy abundantes y diversas, sin embargo, las especies dominantes son
los árboles siempre verdes (perennifolios), adaptados al clima templado-frio,
pero que incluso pueden resistir inviernos intensos y nevadas. El reducido
tamaño de las hojas de las coníferas, en forma de aguja (acícula) o escama, les
permite prevenir la perdida de agua y evitar afectaciones debidas al
congelamiento.
El suelo de los bosques presenta gran
acumulación de acículas que demoran en descomponerse, suele ser gris, ácido,
pobre, al que se denomina como podzol. La temperatura de estos bosques oscila
entre los -10°C
y los 18°C
en el mes más cálido, con frecuencia son hábitats con suficiente humedad, lo
que es promovido por un dosel semicerrado que evita que gran parte de la luz
del sol llegue al suelo, con lo que se también promueve el crecimiento de
desintegradores como los hongos. La precipitación anual es de entre 400 y 1,200 mm distribuidos
principalmente en verano.
Los bosques de coníferas se
encuentran en latitudes templadas a frías por debajo del círculo polar y de la
tundra, al norte de América, Europa y Asia, sin embargo, la altitud puede
llegar a generar condiciones equivalentes y adecuadas para ellos en algunas
regiones montañosas como en la región andina de Sudamérica o las sierras de
nuestro país.
La llamada taiga, es tal vez el bioma
mas grande del mundo, el invierno puede durar hasta 6 meses, por lo que las
plantas tienen una corta temporada de crecimiento y el clima es mucho mas duro.
En la taiga habita, el caribú o reno, alce, liebres, ardillas, puerco espín,
lince, lobo, glotón, venado, oso negro, grizzli, etc.
En México el bosque de coníferas se
encuentra a más de 1,000 msnm y llega hasta el límite de la vegetación arbórea
aproximadamente a los 3,800 msnm en las principales cordilleras, como la Sierra Madre Occidental, la Sierra Madre Oriental, en el eje Neovolcánico, Sierras de
Baja California y la
Sierra Madre del Sur, que ocupan gran parte de los
estados montañosos del país. En la República Mexicana estos bosques representan
alrededor del 9% de nuestro territorio y cuentan con especies arbóreas como los
abetos, cedros, ahuehuetes, oyameles y pinos (de los cuales somos el país con
la mayor diversidad de especies), que pueden tener entre 6 y 40 m de altura. En este
hábitat podemos encontrar oso negro, coyote, lobo, zorro, puma, venado,
zorrillo, armadillo, ardilla, conejo, tejón, búho, carpintero, halcón, cuervo y
muchas otras aves, serpiente de cascabel, lagartijas y diversos invertebrados,
principalmente insectos.
Bosque templado o mixto
Es un bosque de zonas templadas, de
latitudes inferiores a las del bosque de coníferas, con varias especies
dominantes o principales que pierden sus hojas en otoño. Existen bosques
templados en Canadá, Estados Unidos, Europa central, al este de Asia y de
Australia, debido a su ubicación geográfica, es uno de los biomas más
perturbados del planeta pues gran cantidad de importantes asentamientos humanos
se desenvuelven en su latitud y/o altitud. Los bosques templados o mixtos
generalmente reciben entre 750 y 1,000 mm anuales de precipitación, y pueden ser
localizados más comúnmente en altitudes de entre 1,000 y 2,500 msnm. La
temperatura media anual de estos bosques es cercana a los 18°C y como su nombre lo
indica crecen en sitios de clima moderado y lluvia marcadamente estacional.
En nuestro país menos del 5% de
nuestro territorio presenta bosques templados, principalmente representados por
los bosques de encino, mixtos o de pino-encino. A nivel mundial, los bosques
mixtos incluyen especies arbóreas como los encinos, cedros, robles, fresnos,
ailes, hayas, arces, castaños, magnolias, eucaliptos, abedules, álamos, olmos,
sauces, tejos, etc. que tienden a perder sus hojas en el otoño, y antes de
caer, adquieren colores amarillos, rojizos o anaranjados que tiñen estos
bosques de forma peculiar. Como en el caso de la selva, también existen
diversas denominaciones que hacen referencia al porcentaje de árboles que
pierden las hojas en época de secas, y por supuesto, a la humedad disponible.
Estos factores sin duda afectan la presencia de la fauna, que en estos sitios
está conformada por: ardillas, mapaches, topos, roedores, osos,
jabalíes, ciervos, castores, zorros, lobos, gatos monteses, pumas, diversas
aves y algunos anfibios y reptiles.
En nuestro país un tipo excepcional
de estos bosques es el llamado mesófilo
de montaña o bosque de niebla, que se encuentra en condiciones de relieve
propicias al fenómeno de sombra de
lluvia orográfica, en manchones de la Sierra Madre
Oriental, Sierra Madre
Occidental, Eje
Neovolcánico y Sierra Madre del Sur principalmente. Estos bosques reciben su
nombre debido a la frecuente presencia de nubes a nivel vegetación que generan
condiciones únicas de humedad y temperatura. El mesófilo de montaña cubre menos
del 1% de nuestro territorio y en ellos encontramos árboles de encino, álamo,
liquidámbar, hayas, aguacatillos, nogal, magnolia, cedros y pinos, de no más de
40 m de
altura, en los que la abundante humedad promueve el crecimiento de infinidad de
epífitas como las orquídeas y las bromelias. En el sotobosque habitan infinidad
de especies de tipo tropical como las palmas cícadas, de hecho, junto con las
selvas altas perennifolias, es el ecosistema que alberga la mayor diversidad de
especies de flora y fauna en relación a su área; se calcula que alrededor de 2,500 a 3,000 especies de
plantas vasculares habitan exclusiva y preferentemente en estos bosques. En
este bioma habita el emblemático quetzal, el pavón, hocofaisán, carpinteros,
pecarí, venado, serpientes, yaguarundí, ocelote, puma, tlacuache, algunos
anfibios y muchos artrópodos.
Pastizal
Son comunidades caracterizadas por la
presencia de pastos que representan las especies dominantes del ecosistema,
pues las hierbas, árboles y arbustos son escasos. En total se calcula que estás
comunidades suman cerca del 24% de la vegetación del planeta, en el que de
acuerdo con su localización este tipo de bioma puede recibir varias
denominaciones: en Norteamérica se les llama praderas, en Asia estepas,
en Sudamérica pampas, en la zona
tropical de América y África se les llama sabanas,
mientras que en Australia se les conoce como veldt. Los pastizales se encuentran sobre todo en
planicies y mesetas, en regiones que tienen una larga época seca durante el
año, en las que el clima es desfavorable para los árboles que de otro modo
podrían formar bosques. Las gramíneas, pastos o zacates son plantas muy
resistentes a las condiciones de aridez y a los incendios, que son muy
frecuentes en este bioma durante la época seca, promoviendo asi el
enriquecimiento del suelo y el surgimiento de retoños. En este hábitat, los
herbívoros, pueden comer las hojas del pasto sin destruir los tejidos de
crecimiento, por lo que no matan a las plantas. Con frecuencia los suelos de
los pastizales pueden quedar parcialmente
inundados en la época de lluvias y desecarse a grados extremos durante las
sequías, sin embargo, son sumamente fértiles, oscuros y profundos.
Las sabanas
presentan un clima tropical seco con lluvias en verano, una temperatura
promedio anual de alrededor de 20°C
y una precipitación promedio de entre 250 y 2,000 mm. Es en este
ambiente en África donde viven árboles como el baobab y las acacias, en
comunidad con las grandes manadas de herbívoros como las cebras, ñús, búfalo
acuático, gacelas, jirafas, rinocerontes y elefantes, de los que viven
leones, leopardos, guepardos, perros salvajes y hienas entre otros muchos
seres. En México las sabanas se localizan en áreas de extensión reducida
principalmente en las planicies costeras del sur y sureste hacia el Golfo de
México y el Pacífico.
Los pastizales
templados como las estepas de Rusia, las pampas de Argentina o las praderas de
Norteamérica tienen un clima mas fresco, con entre 5 y 16°C de temperatura promedio
anual. En México cubren grandes extensiones, que representan alrededor del 25%
de nuestro territorio, principalmente en la región occidental del país, en la
meseta del norte y meseta central, donde se ubican entre los 1,500 y 2,500 msnm
(aunque en el Eje Neovolcánico existen praderas de alta montaña a mas 4,000
msnm) y presentan una precipitación anual de alrededor de 250-700mm. En México las praderas del norte albergaban bisontes, pero actualmente existen aún
berrendos, perros de la pradera, coyotes, topos, conejos y liebres, ratones,
aves de presa, codornices, serpientes, lagartijas e insectos.
Desierto
Bajo esta denominación reconocemos
zonas geográficas caracterizadas por tener un déficit
hídrico permanente, suelo árido
generalmente con escasa cubierta vegetal. Su suelo es continuamente erosionado
y presenta una pobre o inexistente capa de humus que sostiene una generalmente
limitada vegetación xerófita. Su clima es seco, se ubican a altitudes muy
variables y reciben menos de 250
mm de lluvia al año. Al respecto, cabe destacar el caso
del desierto de Atacama en Chile (el más árido del planeta) que tiene zonas que
no han recibido lluvia en cerca de 300 años). Las zonas desérticas se
encuentran en el mundo ocupando una franja alrededor de los 30° latitud norte y sur, donde los vientos fríos y secos
llamados contralisios absorben la humedad atmosférica del lugar. Sin embargo,
algunos desiertos se forman en otras latitudes debido al efecto de sombra de lluvia de montañas altas. Los
desiertos se distinguen por ser zonas donde la oscilación térmica es extrema,
bajo cero durante las noches y más de 40°C durante el día. Existen desiertos tropicales como el Sahara
en África, que se considera como el desierto cálido más grande del mundo, o
desiertos más fríos como el de Gobi en Mongolia y China, con temperaturas promedio
anuales de -2°C,
pero donde el termómetro puede descender hasta -45°C. En ellos la fauna característica incluye
dromedarios, gacelas, adax, antílopes, zorros, liebres, lagartijas, serpientes,
grullas, insectos y arácnidos.
En nuestro país predominan los desiertos áridos y semi-áridos qué prácticamente abarcan
casi la mitad del territorio. Las temperaturas máximas sobrepasan los 40° C y
las mínimas son por debajo de los 0°C,
con un promedio de precipitación de 500 mm anuales. Esto convierte a la mayor parte
de nuestras zonas áridas en provincias bióticas llenas de vida adaptada para
hacer frente a las condiciones de temperatura extremas y la poca agua
disponible. Por ejemplo, la vegetación se encuentra muy
espaciada para asegurar el suministro de los escasos recursos, y tiene raíces
profundas para llegar a la humedad. Sus hojas se encuentran muy reducidas
(micrófitas), se caen en temporada de secas (caducifolias) y en algunas plantas
se han transformado en espinas para no perder agua y protegerse del sol, como
encontramos en las cactáceas. Las plantas de zonas áridas (xerófitas) acumulan agua en sus tejidos (plantas
suculentas o crasas) y tienen una cutícula
gruesa con ceras que les permiten protegerse contra la insolación y la
desecación. Las plantas de estos biomas sincronizan
sus ciclos de vida con los periodos de lluvia reverdeciendo
(reviviscentes) o germinando, creciendo y reproduciéndose con gran rapidez (son
efímeras) cuando llueve con intensidad suficiente. Los animales también actúan
en sincronía con los eventos climáticos y generalmente suelen ser de hábitos
nocturnos.
Los desiertos de nuestro país se
ubican preferentemente en el noroeste de nuestro territorio como el
Chihuahuense y el Sonorense, aunque también existe este bioma en Baja
California, en la
Altiplanicie Mexicana y en el valle de Tehuacán-Cuicatlán, en
zonas rodeadas por sistemas montañosos que detienen la humedad oceánica. En las
zonas áridas de nuestro país existen palo fierro, cactáceas, agaves, yucas, fouquierias (cirios), ocotillos, euforbias,
matorrales
espinosos o xerófilos de leguminosas, chamizos, gobernadora y mezquites. Entre
la fauna se puede encontrar lince, puma, zorra gris, coyote, borrego cimarrón,
liebres, lagartijas, serpientes, pájaro carpintero, lechuzas, correcaminos,
sapos del desierto, insectos y arácnidos.
Tundra
Es un bioma caracterizado por su
clima frio polar, por la ausencia de vegetación arbórea y arbustiva y por la
presencia de vastas planicies de suelo permanentemente helado llamado
permafrost en el que solo prosperan líquenes, musgos, pastos, matorrales en
forma de almohadilla y hierbas en la estación más propicia. Existen dos tipos
de tundras, las polares y las alpinas. La tundra
polar se localiza alrededor de los círculos polares ártico y antártico. En
el hemisferio boreal el límite inferior incluye las tierras emergidas de
Norteamérica, Europa, Asia y Groenlandia sobre el paralelo 70 Norte. En el
hemisferio austral incluye solo al continente Antártico. Una particularidad de
la tundra polar es la escasa precipitación que de presentarse lo hace en forma
de nieve y que suma una cantidad cercana a los 120 mm anuales. Debido a la
latitud de la tundra polar, su estacionalidad esta marcada por un invierno largo, oscuro y muy frío, a veces con temperaturas de hasta -70°C. Por el contrario el verano es corto
(de no mas de 3 meses) luminoso con temperaturas que pueden alcanzar hasta 12°C y en el que el agua
líquida vuelve a fluir pues se derrite la capa superficial del permafrost,
formándose lagunas, pantanos y zonas anegadas que llenan de vegetación efímera
las extensas llanuras atrayendo asi a grandes cantidades de animales.
La fauna característica de este bioma
son los renos o caribús, lobos, lemmings, linces, buey almizclero, zorros
árticos, liebre ártica, oso polar, patos y gansos, morsas, focas, insectos y en
el hemisferio sur el característico pingüino. Muchos de los animales de la
tundra solo migran a ella en la época de verano por lo que son criaturas
estacionales que aprovechan la fugaz abundancia.
El otro tipo de tundra es la alpina, que
como señala su nombre se encuentra en la parte alta de las montañas, en las
regiones sobre el límite de la vegetación arbórea de estas. A diferencia de la
tundra polar, la época de verano tiene una duración similar al invierno, sus
temperaturas son generalmente por debajo de O°C, existen pocos organismos pues
existe un factor determinante mas que es la presión atmosférica y la baja
proporción de oxígeno a esa altura. Existen animales como las pikas, roedores,
cabras montañesas, el leopardo de las nieves, el yak y aves como el cóndor. La
tundra alpina se puede encontrar en los Andes (Sudamérica), los Alpes (Europa),
los Himalayas (Asia), y en México, los sitios equivalente los encontramos solo
en las montañas más altas como el Pico de Orizaba (5,747 msnm), el Popocatépetl
(5,458 msnm), Iztaccíhuatl (5,286 msnm) o el Nevado
de Toluca (4,690 msnm). En estos sitios, las pocas regiones cubiertas por nieve o de
glaciar, aún no derretidas por el calentamiento global, solo presentan algunas
especies de roedores, lagartijas, aves e insectos que habitan entre vegetación
sumamente escasa compuesta por algunas hierbas, pastos, zacates y musgos.
BIOMAS ACUÁTICOS
Aunque distinguimos con mayor familiaridad a los biomas
terrestres, es indudable que los acuáticos cubren una mayor superficie de
nuestro planeta (poco mas del 70%), sostienen gran parte de la diversidad de
este e influyen de forma determinante en su funcionamiento. Para su estudio los
biomas acuáticos pueden ser clasificados en continentales, litorales y
oceánicos.
Biomas
acuáticos continentales
Incluyen a todos los cuerpos de agua terrestres y pueden presentar aguas estáticas como
ocurre en los lagos y humedales (ecosistemas lénticos), o en movimiento,
como en los ríos y arroyos (ecosistemas lóticos). Se trata de
biomas epicontinentales de agua dulce, pues contienen un porcentaje menor de
sal que el agua oceánica. La temperatura y la proporción de oxigeno disuelto en
estos ecosistemas son cambiantes, lo que con frecuencia determina la existencia
de vida en ellos.
Los seres que habitan los cuerpos de
agua generalmente se catalogan en función del estrato vertical que ocupen
considerándose como: bentos
(organismos que viven en el fondo), plancton
(seres microscópicos que viven en suspensión flotando en el agua), necton (organismos nadadores de libre
desplazamiento en toda la columna de agua), neuston (seres microscópicos que viven en la interfase o capa
superficial del agua), pleuston (plantas
y animales que habitan la superficie)
Los biomas lénticos presentan aguas quietas acumuladas en depósitos
naturales como ocurre con los lagos,
lagunas, y estanques, o como se presenta en los humedales, que son regiones
cubiertas de agua estancadas como encontramos en pantanos, ciénegas y turberas.
El modelo principal de los
ecosistemas lénticos son los lagos,
que suelen ser depresiones en el terreno hacia donde fluye el agua captada en
una región (cuenca endorreica). Un lago es un sitio en el que el agua
concluye su flujo superficial y con ella los materiales y organismos que esta
arrastra. Sin embargo, algunos tipos de lagos como los cráteres volcánicos,
pueden recibir su contenido de agua únicamente por precipitación pluvial o por
filtraciones del subsuelo y no por escurrimientos.
La
profundidad, localización geográfica, el régimen climático local, asi como los
aportes orgánicos e inorgánicos que tenga, determinan la condición de un lago
con respecto a su cantidad de nutrientes y productividad.
Se habla de un lago oligotrófico o
de baja productividad si tiene pocos nutrientes y se trata de lagos jóvenes,
profundos con aguas transparentes pero de tonos azules debidos a su
profundidad. El oxígeno que contienen se encuentra en las regiones cercanas al
fondo en el que concentran sedimentos con menos materia orgánica que
inorgánica. Por el contrario, un lago
eutrófico, presenta más nutrientes y productividad. Por norma suelen ser
menos profundos y contener una abundancia de fósforo y nitrógeno que estimulan
el desarrollo de algas y plantas acuáticas. Generalmente debido a ello, estos
lagos presentan aguas algo turbias de tono verdoso provocado por la presencia
de fitoplancton, plantas y algas agregadas en la superficie. Esta cubierta
vegetal es la región de alta productividad del ecosistema, pero bloquea el paso
de luz hacia el fondo, donde los sedimentos orgánicos se acumulan generando
condiciones anaeróbicas y de abundancia de nutrientes disponibles. En estas
condiciones la descomposición de los materiales agota el oxígeno y muchos
animales pueden morir, debido a estas situaciones es que muchos de estos biomas
liberan olores desagradables. La sucesión ecológica de un ecosistema así, lo
convierte primero en un pantano y al continuar llenándose de sedimentos, este
puede ir perdiendo profundidad hasta convertirse en un terreno seco.
Existen tres tipos de hábitat principales en estos biomas: la
zona litoral, que se distingue por
su poca profundidad pues incluye la ribera y zonas adyacentes a esta. En este
lugar la presencia de luz es determinante para que se efectúe la fotosíntesis y
sea una zona de alta productividad, debido a la gran cantidad de vegetación
enraizada que permite el desarrollo de muchos animales. La zona limnética, es también una zona de importante productividad y
comprende las aguas superficiales hasta donde penetra la luz con intensidad
suficiente para mantener la fotosíntesis, conservar una temperatura favorable y
contener una cantidad de oxígeno adecuada para los organismos. Los seres que
viven en ella conforman el plancton o son libres nadadores. Debido a la
presencia de luz, tanto en la zona litoral como en la zona limnética es común
denominar a esta zona del cuerpo de agua como fótica o eufótica. En
contraste, la zona profunda, es la región de un cuerpo de agua en la que la luz no penetra, por lo que suele ser oscura (afótica) y fría. La zona profunda
comprende la columna de agua sobre el fondo y el fondo mismo o zona béntica, en
las que la temperatura es baja y no hay oxígeno suficiente. Existen
comparativamente pocos organismos en esta región y suelen ser del grupo de los
carroñeros y descomponedores.
Los biomas lóticos
están representados por las aguas en movimiento de los ríos, arroyos y riachuelos, cuyo origen generalmente es el deshielo
de los glaciares, los escurrimientos de las montañas, los manantiales y
surgencias de aguas subterráneas o la lluvia. Tanto la topografía como la
fuerza de gravedad conducen el flujo de agua por los cauces naturales hacia las
regiones conocidas como cuencas hidrográficas, donde el agua suele desembocar y
acumularse. En su avance desde donde nacen hasta su desembocadura, los ríos
presentan secciones bien diferenciables. Generalmente en su origen se trata de aguas de corriente
rápida, pocos nutrientes y suficiente oxígeno, en las que solo se observan
criaturas bentónicas muy especializadas, con estructuras de fijación al
sustrato que les permiten soportar la fuerza de la corriente y algunos peces de
nado poderoso como las truchas. En su sección
intermedia los ríos suelen contener más nutrientes pues arrastran estos de
los lugares por donde fluye su caudal. El cauce de los ríos suele ampliarse y
se vuelven menos rápidos por lo que el material arrastrado se sedimenta en el
fondo promoviendo el desarrollo de mayor diversidad de especies en todo el
bioma. Finalmente los ríos llegan a su parte
final, donde estos tienen gran productividad ocasionada por la enorme
cantidad de materiales nutritivos que arrastran y sedimentan en el fondo.
Debido a esto, su corriente se lentifica, haciéndose su caudal mas ancho, menos
profundo y con una proporción de oxígeno disminuida. Con frecuencia las
regiones de delta (desembocadura) de
los ríos presentan tierras ricas en nutrientes producto de su arrastre.
Entre los productores de los biomas acuáticos
continentales en general tenemos a las algas, cianobacterias, los juncos,
equisetos, tules, carrizos, plantas acuáticas con hojas flotantes como el lirio,
ninfa, nenúfar, lenteja de agua, lechuguilla, o sumergidas como la elodea.
Entre su fauna contienen a muchos invertebrados como las hidras,
planarias, sanguijuelas, caracoles, crustáceos, insectos acuáticos, gusanos y
vertebrados como gran variedad de peces, ranas, sapos, salamandras, axolotes,
serpientes, tortugas, cocodrilos o caimanes, nutrias, castores, en ciertos
lugares como el Amazonas delfines de rio y gran variedad de aves acuáticas como
jacanas, gallaretas, polla de agua, águila pescadora, patos, zambullidores,
Martín pescador, cormoranes, garzas, etc.
Biomas acuáticos litorales
Son ecosistemas costeros que se ubican en la confluencia entre los
continentes y el océano, constituyendo áreas de transición o ecotonos entre biomas terrestres y
oceánicos. Nuestro país presenta 11,122 km de litorales (7,828 km de costa del
Pacífico y 3,294 km
de Golfo de México y Mar Caribe) en las que podemos hallar todos los principales biomas litorales como son: las lagunas costeras, estuarios, marismas,
esteros, manglares y costas rocosas o arenosas.
Los biomas litorales se distinguen por sus importantes y dinámicos procesos de
intercambio de materia y energía y por su elevada productividad, pues debido al
gran aporte de sedimentos y materia orgánica del continente se produce un
efecto fertilizante que sostiene complicadas redes tróficas en estas
comunidades. Los ambientes litorales son de elevado valor
ecológico porque mantienen a una enorme diversidad de especies, en particular
muchas que en etapa juvenil pasan su vida resguardadas en ellas para luego
integrarse al ecosistema marino. Las comunidades de los litorales suelen ocupar
el espacio ribereño disponiéndose en bandas paralelas a la línea de costa (estratificación horizontal).
Los
factores más determinantes en estas comunidades suelen ser el oleaje, las
corrientes de deriva, los vientos y por supuesto el fenómeno de las mareas,
cuya intensidad a lo largo del ciclo lunar altera sensiblemente las condiciones
de vida de estos biomas. Estos fenómenos generan condiciones extremas de
salinidad, insolación, humedad, desecación y temperatura, por lo que se
favorece una marcada selección de interesantes adaptaciones que permiten a los
organismos hacer frente a estas adversas condiciones.
Uno
de los biomas litorales más importantes son los manglares que se encuentran constituidos por bosques densos de
arbustos y árboles de hasta 30
m de altura, cuyas raíces en forma de zanco quedan
inmersas en el agua sobre todo durante la marea alta. Existen varias especies
de mangle, pero solo se encuentran en regiones costeras tropicales en las que
se suelen presentar condiciones eutróficas, ricas en materia orgánica, y por lo
tanto en nutrientes, lo que determina la alta productividad de este tipo de
ecosistema. Ecológicamente los manglares son fundamentales para la
supervivencia de las redes tróficas oceánicas, pues infinidad de especies
marinas se resguardan en este ecosistema en su etapa larvaria o juvenil,
mientras son mas vulnerables. Los mangles fijan sedimentos, estabilizan los
litorales, tienen un papel importante en el ciclo hidrológico y tienen un
fuerte efecto en las comunidades costeras en las que por ejemplo suelen ser
utilizadas como zonas de descanso y anidación de aves migratorias y locales. En
México prácticamente todos los estados costeros presentan regiones de manglares
(se estiman en alrededor de 9,000 km2 en conjunto), con cuatro especies predominantes
Rhizophora mangle (mangle rojo), Laguncularia racemosa (mangle
blanco), Avicennia germinans (mangle negro) y Conocarpus erectus (mangle
botoncillo), generalmente conviviendo asociadas.
Los
ecosistemas acuáticos litorales albergan
una considerable diversidad de algas, plantas acuáticas o terrestres adaptadas
a sustratos arenosos o salinos, invertebrados como moluscos, crustáceos e
insectos, y vertebrados como peces, ranas, sapos, serpientes, tortugas,
cocodrilos, manatíes, nutrias, y en los árboles, monos, numerosas aves marinas
como garzas, cormoranes, fragatas, pelícanos, espátulas, etc.
Biomas oceánicos
Los
océanos son los ecosistemas
acuáticos de mayor tamaño y relevancia en el planeta por su tremenda influencia
en el clima global. El 71% de la superficie terrestre esta ocupado por ellos
(alrededor de 362 millones de km2); debido a su fisiografía y
posición geográfica, México presenta
una mayor superficie oceánica (62%; 3,149,920
km2) que continental (38%: 1,964,375
km2), pues presenta 11,122 km de líneas de costa, y la superficie
de las zonas marítimas bajo su jurisdicción incluyen su Mar territorial
(231,813 km2) y su Zona Económica Exclusiva (2,918,107 km2).
La
característica distintiva de los biomas oceánicos es la salinidad del agua (35 gramos de NaCl por Kg
de agua o 3.5% de su volumen) y su pH ligeramente alcalino (entre 7.5 y 8.3),
que tiende a disminuir si la temperatura
del agua aumenta. Entre los factores determinantes para la vida encontramos que
el agua marina presenta un porcentaje de 34% de O2 y alrededor de
1.8% de CO2 (la atmósfera solo contiene 21% y 0.035% de estos mismos
gases respectivamente), lo que la hace ser un medio perfectamente conveniente
para que tenga lugar de forma eficiente tanto la fotosíntesis como el proceso
celular respiratorio.
El
océano contiene gran cantidad de ambientes distintos, lo que depende entre
otros factores de la lejanía de la costa y de la profundidad. Por ejemplo, en
función de estos factores tenemos que se distinguen tres principales provincias
bióticas: la zona litoral, que
incluye desde la orilla y la zona intermareal hasta donde da inicio el oleaje;
la zona nerítica, que presenta aguas
someras muy productivas sobre la plataforma continental y hasta su borde con el
talud. Esta recibe muchos de los nutrientes de los continentes y generalmente
no rebasa los 200 m
de profundidad por lo que capta suficiente luz solar para efectuar el proceso
fotosintético; y la zona oceánica o pelágica, que está constituida por las aguas abiertas de
alta mar, mas allá del talud continental; esta zona incluye aguas relativamente
poco pobladas y de baja productividad. La columna de agua en esta zona se
encuentra sobre las regiones mas profundas como la batial desde el talud continental (de los -200 hasta -2,000 m), la región abisal (de los -2,000 y los -6,000 m) y la zona hadal (de más de -6,000 m de profundidad).
El
océano presenta un relieve muy variable que determina a su vez la profundidad,
la presión (que aumenta 1 atmósfera por cada 10 m de profundidad) la
cantidad de luz y la temperatura del agua que puede variar entre -4°C en los polos, hasta 35°C en los Trópicos. Se ha
estimado que la profundidad oceánica promedio es de alrededor de 3,730 metros, sin embargo, la zona
más profunda del planeta es la fosa de las Marianas con 11,033 m de
profundidad. Como
sabemos, la presencia de luz, determina la ocurrencia de fotosíntesis, en
función de este factor principalmente se consideran dos zonas oceánicas, la eufótica (con luz) a menos de 200 m y la afótica (sin luz) a más de 200 m de profundidad.
La vida en el océano es abundante en ciertas regiones como los
arrecifes coralinos, pero escasa en el mar abierto o en algunos fondos oscuros.
Para la biología marina existen varios tipos de formas de vida: los seres bentónicos que viven en el
fondo, como los corales, estrellas, erizos, pulpos, anémonas, caracoles,
esponjas, langostas, cangrejos, gusanos, almejas, rayas, babosas, pepinos,
lirios y muchos tipos de algas; los planctónicos que viven suspendidos en la superficie pero a
merced de las corrientes marinas como el fitoplancton (formado por algas y
cianobacterias) y el zooplancton (protozoarios, larvas y formas adultas de
invertebrados y fases juveniles de peces); y los nectónicos que son organismos de libre desplazamiento en toda la
columna de agua como la mayoría de los peces óseos y cartilaginosos (tiburones,
rayas y mantarrayas), invertebrados como los calamares, tortugas y serpientes
marinas, delfines y ballenas etc. Para algunos biólogos, todas las formas de
vida alejadas de la costa son conocidas como organismos pelágicos, a diferencia de los que viven cerca de esta que son
llamados neríticos.
Entre los ecosistemas más importantes
del océano, se encuentran los arrecifes
de coral, que son considerados como el bioma marinos de mayor biodiversidad
y productividad. Solo se desarrollan en
la zona litoral y nerítica de mares tropicales a entre 18 y 28°C, en regiones poco
profundas, bien iluminadas, limpias y oxigenadas. Los arrecifes
coralinos no son otra cosa que la acumulación de los esqueletos externos de carbonato
de calcio secretados por
innumerables pólipos de cnidarios que viven formando colonias. Los corales
viven en simbiosis con algas zooxantelas
que producen alimento que estos aprovechan. Debido a su complejidad
estructural, los
arrecifes proveen de una gran variedad de micro hábitats que
albergan a muchos tipos diferentes de organismos. Se calcula que en ellos habita alrededor de la
mitad de los peces conocidos y al menos la tercera parte de la diversidad
marina clasificada. En México se reconocen arrecifes coralinos en la costa del Pacífico, del
Golfo de México y de la
Península de Yucatán, ocupando un área de 1,780 km2
(el 0.63% del área total de arrecifes en el mundo).
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